jueves, septiembre 14, 2006

penas de bandoneón

a ver si dejás el lamento eterno
porque el quía se piró
tanguito

más acá
del más allá

(además de elfos
sirenas y dragones)

hay chicos que lloran
el chirrido
de sus flacas tripas oxidadas
.
.

1 comentario:

Jimena Arnolfi dijo...

Y Buenos Aires muta en sus ojos enajenados,
está el destino a la deriva de una ridícula baraja
de lentes para ver de lejos.

Hay olor a máquina de llover basura, de llover limosna,
de llover mercados de cartón y mandamientos de corona.

El destino es mentira, los huesos están pobres
y delineados a sus hachazos./ Y el cuerpo de escasos años carcomido
padece epidemia de furia contenida, corre.

Complejos accidentes del mosaico suburbano
están a punto de estallar;
niños como peldaños, Fermín, voces de humo.

Seguir a pampaylavia en Twitter Cris Quint

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