viernes, julio 07, 2006

laura, la percanta - capitulito número dúe -

Sólo el contacto con las sábanas de seda y aquella voz amable y varonil susurrándole al oído, le devolvieron la conciencia.

- Tenés sed? - dijo extendiéndole la copa helada con gesto decidido y suplicante a la vez.

Laura asintió clavándole la mirada en la negritud de sus pipilas. (eh? pipilas, dije??)

En ese preciso - exquisito instante - el señor R. sintió como un tornado en el mismísimo averno, dentro de sí.(En su cosmos, digamos)

Quiso palparse la boca entre el cosquilleo casi imperceptible de las burbujas del cava y no se halló.

Fue plasma, océano, dunas.

Entrega, sacrificio

Con
sa
gra
ción.

Y apenas pudo balbucear un nombre:

Laura...
.
.

2 comentarios:

Oscar Grillo dijo...

Uno de tus mejorcitos, Viru.

viruta dijo...

ashia, oshqui

Seguir a pampaylavia en Twitter Cris Quint

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