qué hago ahora
con este amor impenitente?
y qué, con tan casta lascivia?
cómo podré
responder mi pregunta
de pesar, anegada
por tu siempre temida ausencia?
cómo?
no entiendo
no entiendo...
no entiendo no entiendo no entiendo
(que debajo de la hojarasca
dos azucenas marchitas
perpetúen mi nombre en la lápida)
ouh yeah
.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario