en el prado naranja
de un país lejano
vivía una aldeanita
de níveo delantal
y pollera de harapos...
(m... timbre)
un día
de cielos de zinc y lluvias inquietas
pastos reverdecidos y pasionarias en flor
hubo una aparición...
oh encanto de encantos!
(el sodero... ¿un domingo?)
paseábase la campesina
mojado el borde de la falda
descalzos los pies
en la esponjada hierba
y cada tanto
un olor a menta
refrescaba el aire de su espalda
(teléfono ahora, seguro es la mami)
los ojos peinaban el horizonte
en el desespero del hallazgo
y sólo se podían oir
murmullos de aleteos...
¿se habrá secado la cascadita?
- fin -
(cómo cuesta el cuento)
.
.
1 comentario:
pero funciona....va saliendo
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