imaginá esta escena allá en el sur:
invierno crudo
afuera es noche
y nieva tanto...! < (link)
una cabaña
solita su alma
nada en los alrededores
sólo la nívea blanca nieve resplandor
entre el azul nocturno
la ventisca como suave brisa
(ya sabemos cómo sopla la ventisca
por esos pagos
pero recordá que estamos ideando)
los copos caen
con lentitud desesperante
fuego en el hogar
podía acaso brillar su ausencia?
tampoco la enmarañada alfombra
delante de los leños
dos copas de vino
a medio beber...
y un camino interminable
de prendas
que se pierden hacia el arriba
escalón por medio
en la extraordinaria penumbra del desván...
plin!
(ay qué pena,
te despertaste justito)
.
.
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