no me importa lo que digan los santos evangelios
¿por qué desearte el bien
si fuiste el acabóse?
no te mueras
sin antes sufrir todas las pestes habidas
y las que han de venir
de aquí a la eternidad
es mi dulce deseo:
verde oscuro
níveo frío purulento
te quiero
bajo la autopista
desdentado
deslenguado
vestido sólo con harapos
carcomida la carne hasta el tuétano
y la indiferencia del mundo
y la indiferencia del mundo
tatuada en tus pupilas
(salvo la de las moscas)
(salvo la de las moscas)
así de miserabilito
te quiero
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