ella viaja recostada en el asiento delantero del auto
la noche no es más que un guante blanco
abofeteándole la cara
la vida pasa rauda
como el paisaje inalcanzable
detrás del cristal
y esa azul lágrima de invierno
al borde del suicidio....
sólo es testigo la sed bruna del viento
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1 comentario:
Poema con autos y brunas sedes ventosas, eh?
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