perlas de sangre
destellan
sobre el nocturno azabache
tu boca otoñal gotea desde lo alto
sin pensar
en el dulce humito del recuerdo
y yo
umbrÃa
como una estela
de soledad agazapada
que resta
siempre resta
y no puede más
-
(ahh, sisisi. me gusta este final de tanguito...)
.
.
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