La otra tarde - creasé o no - caà por primera vez en el Café Tortoni gracias al brazo de un gomÃa poeta barcelonés que se alojó en el Hotel Marbella a escasas cuadras del susodicho barsucho.
El tema es que a estas altas alturas de mi piel cronológica soy tan reacia a programar... Una especie de rebeldÃa tardÃa, digamos.
Voz en off: - Cris, las ramas, las ramas... –
- Ah si sÃ, perdón -
Una vez en la entrada, mientras el catalán – cadáver de habano truchex en mano - buscaba sitio dónde desecharlo muy primermundista él y encontrándome yo solari frente al quÃa portero del lugar (respirá, Cris) tuve mi primer espasmo del dÃa. SÃ, asà de sencillito como lo oyen.
Qué tapuer, mon dieu!!
Dónde estuviste metida, Pelusita, todos estos años?
En qué cuneta embarrada, cruel rata de alcantarilla?
En cuál de todos tus bunkers, ñanducita linda?
Qué torre o calabozo albergó tu triste traste, trapito mÃo?
De lo que hallé una vez cruzado el mágico umbral hablaré en otro momento. Ahora, o sea en el minuto 43 de las 13 horas de esta nueva sabatina alcanforada, necesito tomarme mi undécimo antidepresivo tecito negro con pétalos de rosa.
Chiquicientos pirulos son muchos para no ser nada, che.
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3 comentarios:
alto personaje interesante.. ¡no me canso de leerte, che viruta!
el que escribe es el mantÃcora de poesÃa urbana. te dejo la dirección de mi blog,
http://manticora.bitacoras.com
y un abrazo..
caramba!
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no hacÃa falta el aclare
que aún no he perdido el sentido de la orientación!
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se agradece el aguante, niño.
mundosobremudo
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